La Comunicación Empática
(Valencia; 21 de Septiembre de 2017/Esc. "San Esteban")-La empatía es la capacidad de sintonizar con los sentimientos de los demás. Ser empático no es tanto pensar igual como sentir igual en una situación concreta.
Una escucha atenta, sin perjuicios es el punto de partida para lograr una comunicación empática. Los signos que forman el carácter chino que representa la palabra “escuchar” son cuatro: los oídos, los ojos, la atención, y el corazón.
Para la cultura china escuchar es estar atento a las palabras, a los gestos y a las posturas, comprender el problema y comprender a quien me trae el problema.
Quiero compartir con ustedes algunas ideas que nos pueden ayudar a la hora de promover una comunicación empática, teniendo en cuenta los cuatro aspectos antes mencionados:
Escuchar con atención: Una comunicación empática requiere que escuchemos con toda nuestra atención, sin emitir juicios de valor. Hay un proverbio budista que dice “No se limite a hacer algo, esté presente”. Escuchar de este modo requiere centrar nuestra atención en el mensaje que nos da la otra persona y no precipitarse intentando dar consejos, tranquilizarla o explicarle nuestro punto de vista.
Comprender más allá de las palabras: Atender a la comunicación no verbal (gestos, posturas) nos puede ayudar a transmitir un estilo empático y así ampliar nuestra capacidad de vincularnos con los demás. Éstos son algunos consejos a tener en cuenta:
Tener la cabeza y el cuerpo orientados hacia nuestro interlocutor; esto ayuda a mantener la atención de la situación en todo momento.
Evitar cruzar los brazos ya que es una actitud cerrada que muchos podrían traducir como “no tengo interés en tu y solo tu problema”.
No ocultar las manos (en bolsillos o debajo del escritorio o mesa) sino mantenerlas a la vista, gesticulando de manera moderada; esto ayuda a que el interlocutor evidencie el interés que tenemos en no solo resolver su problema sino que además nos resulta muy eficiente la conversación.
Mirar con atención pero sin invadir y mostrar una sonrisa atenuada que indica predisposición para escuchar.
Ahora bien, Comprender el problema es nuestro tercer punto de la lista: Hacer preguntas abiertas del estilo: ¿Qué es lo que le preocupa?, ¿Me podrías dar un ejemplo?, ¿Cómo te hace sentir esta situación?, Cuéntame qué te sucede, ¿Cuándo empezó este problema?, ¿Por que te sientes de ese modo?; La finalidad de estas preguntas es ampliar la información para comprender el problema y posibilitar que las personas se explayen con libertad y confianza. Se inician con palabras como:. Dónde, cómo, cuándo, por qué.
Dicho esto, por último pero no menos importante; Comprender a quien me trae el problema: Este punto implica no tomarme nada como algo personal sino simplemente tratar de entender lo que el otro siente y necesita. En lugar de oír que un padre está preocupado porque somos muy estrictos con su hijo, centrándonos en lo que necesita. En lugar de oír que un padre está preocupado porque somos muy estrictos como docentes con su hijo, debemos centrarnos en lo que necesita diciéndole “¿Está preocupado porque está necesitando que seamos más flexibles?”. Si no nos ponemos en el medio, podemos lograr una comunicación más auténtica y comprensiva.
Desarrollar la empatía nos servirá para regular nuestras emociones, aceptar diferentes puntos de vista y lograr niveles profundos de comunicación. Será un camino para la superación personal que hará más gratificantes e interesantes nuestras tareas.
TXT: Alison Parada / Pregunta S.O.S.
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